sábado, 6 de marzo de 2010
El viejo de la danza ha sido aclamado en las peregrinaciones gracias a su simpatía por el demonio. Cerca de mi casa, antes, era común que por ahí de diciembre pasaran estas manifestaciones tan peculiares por mi casa, y toda el barrio salia y las admiraba. Tum tumtum TUM, tum tumtum TUM, tan arcaico el sonido del tambor.
inesperadamente, yo, en mi dichosa y bien contenta etapa de niñez, fui atacado por uno de estos demonios. Se acerco tanto a mi, que sali corriendo despavoridamente a mi casa, hasta debajo de mi cama. Ahi, en ese lugar, encontre refugio y paz. Era tan inocente que pensaba que si salia de nuevo, talvez me podria topar a ese demonio de nuevo. Hoy veo que la situación no ha cambiado mucho. Ahora no me meto debajo de mi cama para sordearme de los demonios, ellos freneticamente acuden a la cita con mi derredor. Elos no hablan, ni ríen, ni siquiera espantan, solo intentan confiscar un poco de cada uno para poder seguir alimentado su existencia. Vaya tarea que les ha impuesto el Universo.
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